Chicha Morada
domingo, 16 de octubre de 2022
"Anticucho": Peruanismo culinario
sábado, 1 de octubre de 2022
"Chupe" : Peruanismo culinario
El reino de los platos de cuchara
Alonso Ruiz Rosas
El chupe, en todas sus variantes, puede ser considerado entre las mayores glorias del muy amplio repertorio de la cocina peruana a lo largo de su historia.
Según el DRAE, la palabra viene del quechua chupi (sopa) y significa: "Guisado hecho de papas en caldo, al que se le añade carne o pescado, mariscos, huevos, ají, tomates y otros ingredientes". Aunque no figura con ese nombre en las crónicas de la conquista y los inicios de virreinato, Bernabé Cobo (1653) menciona como plato común del antiguo Perú "una suerte de olla o guisado, llamado locro, con mucho ají, chuño, papas y otras legumbres. El mismo guisado hacían de pescado seco que también lo usaban mucho". En su "Diccionario de cocina peruana tradicional", Sergio Zapata Acha logra seguirle el rastro desde fines del siglo XVII. "En el drama quechua El pobre más rico -anota- {…} se menciona al ‘chupe de paico’". Chupe, según define el Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales o América (1786-1789) de Antonio de Alcedo, es: "Manjar muy delicado y gustoso de las provincias del Perú; se hace de papas guisadas con manteca, pimiento, queso y huevos estrellados, y se tiene por uno de los platos de más regalo".
El chupe era parte de la identidad patriótica en los albores de la República y, como tal, figura en "La chicha" (1821), canción entonada en esos días, con letra de José de la Torre Ugarte, autor también de las estrofas del himno nacional. La letra dice: "Patriotas, el mate / de chicha llenad, / y alegres brindemos /por la libertad. / Cubra nuestras mesas / el chupe y quesillo, / el ají amarillo / y el rosado ají {…}". Zapata Acha menciona, además, a los marinos estadounidenses William L. Gibbon y Lardner A. Hendon, que hacia 1850 partieron de Lima rumbo al Amazonas. Gibbon anotó entre sus observaciones: "El chupe es el plato nacional peruano y puede ser preparado de cualquier cosa o de todo, mientras conserve su característica de sopa". Y Hendon añadía que, en la sierra, el chupe "es el último plato servido en una mesa de un caballero antes que el postre".
En 1860, en su conocido estudio sobre la capital peruana, Manuel Atanasio Fuentes afirmaba: "Ocupa el primer rango en la lista de los guisos nacionales el puchero {…} que por la variedad y suculencia de sus principios constituyentes, constituye por sí mismo una comida entera {…}. Otro de los guisos es el chupe, que, si no ocupa la alta jerarquía de un puchero, es ciertamente más agradable. Compónese de papas cocidas en agua o en leche, a las cuales se agrega camarones, pescado frito, huevos, queso, manteca y sal; el chupe necesita cierto no se qué que solo sabe darle el cocinero de Lima". Fuentes delimita los espacios del puchero o sancochado y el chupe, al que menciona solo en su versión con los celebrados camarones de río. Los otros chupes quedan fuera de su radar.
A propósito de camarones, Mateo Paz Soldán anota en su "Geografía del Perú" (1862): "Es tan sabroso el camarón seco de Camaná, que con seis de ellos se hace un exquisito chupe para diez personas". El geógrafo explica a su vez el significado de la palabra: "Chupe es un guiso de papas con queso, carne o camarones, manteca y demás condimentos. Se llama de viernes cuando es de otra cosa que no sea carne {…}. Es muy agradable cuando hay costumbre de comerlo".
Lucila Salas de Ballón - Picantería "La Lucila", de Sachaca. Arequipa, 2008
Para el diplomático y viajero neoyorquino George Squier (1877), la lista de platos nacionales la encabezaba en Lima el puchero, seguido del chupe, "plato favorito en el desayuno", que "tiene cierto parecido con el puchero, aunque es de composición más simple". Juan de Arona (Pedro Paz Soldán y Unanue), en su precursor "Diccionario de peruanismos" (1883), considera al chupe "el más popular de los guisados nacionales después del sancochado". Arona precisa: "Se hace simplemente de papas en caldo, en cuyo estado no pasa de chupe cimarrón, o con pescado para que constituya el de viernes, o con carne {…}, o finalmente con camarones, leche, queso, huevos, pescado, ají, tomate y algún otro ingrediente. Aderezado de la última manera compone el más completo, el más historiado, el más aristocrático, el más monumental de los chupes {…}". Una breve lección de la práctica chupística, por entonces corriente en ciudades y pueblos del Perú.
En Arequipa, el chupe tendrá numerosas versiones y multitud de adeptos. A la secuencia semanal preparada en las picanterías (lunes: Chaque, martes: Chairo, miércoles: Chochoca, jueves: Chuño, viernes: Chupe, sábado: Pebre o Rachi, domingo: Puchero o Chupe de camarones), se suman los que suele ofrecer el almuerzo casero. Es más, la palabra almuerzo llegó a ser sinónimo de chupe: se decía, por ejemplo, almuerzo alocrado por chupe alocrado o almuerzo de quinua por chupe de quinua. En "La mesa peruana" (Arequipa, Imprenta de Francisco Ibáñez, 1897), primer recetario de cocina hecho en el Perú, junto a unas treinta recetas de sopas, caldos y pucheros, figura una decena de chupes locales, como el trigo verde o la timpusca. En el "Nuevo manual de la cocina doméstica" (Lima, 1895), se consignan también recetas de chupes y, en adelante, todos los recetarios peruanos, en mayor o menor grado, incluirán fórmulas similares.
A fines del siglo XIX, el educador y filósofo positivista Jorge Polar hacía este análisis del chupe arequipeño, al que llama cocido: "Considerado bajo el punto de vista fisiológico, puede decirse que el cocido, que aquí es el alimento del pueblo, reúne todos los elementos para la formación de la sangre, de la que todas las partes del cuerpo extraen los principios que necesitan {…}. Lo único que no hay en este alimento es el fosfato de cal, tan indispensable para endurecer y fortalecer la parte huesosa del cuerpo; pero esta sal existe en el maíz, de manera que la falta de sal calcárea en él, está compensada por la abundancia de ella en la chicha {…}". Una sustanciosa reflexión sobre el almuerzo ideal: un buen plato de chupe con un bebe de chicha.
A inicios del siglo xx, el tribuno Francisco Mostajo registra expresiones alusivas: "gano solo para el chupe", "hay que asegurar el chupe" y "un plato de chupe no se niega". El farmacéutico Juan Manuel Cuadros propone esta definición: "Preparado alimenticio muy sabroso, en el que intervienen carnes, papas, chuño, ají y variedad de verduras, tomando diversos nombres según la sazón y condimentos. Dícese chupe de viernes, de cuaresma, de arriero, de arroz, de urgencia, de cecina, de zapallo y también chupe falso, alocrado, etc". Cuadros menciona un elemento característico que omite Polar y lo hace inconfundible: el aderezo de ají (rojo, amarillo o mixto), que realza el gusto y le da color. Puede incluso decirse que cuando el chupe se apega más al cocido (sancochado o puchero), lleva un aderezo endógeno en la obligatoria salsa picante de acompañamiento (llatan, uchucuta, etc.).
Cuando la cocina peruana no gozaba aún del reconocimiento internacional que tiene ahora, el chupe figuró, sin embargo, en el popular recetario de Ángel Muro, "El practicón. Tratado completo de cocina" (Madrid, 1893), que llegó a sumar 34 ediciones. Muro recoge una receta de chupe con cordero, orégano, cebolla picada, pimentón, manteca y "unas patatas partidas en pedazos como pesetas". La receta, afirma, le fue proporcionada por su hermano, con la siguiente nota: "El chupe {…} es oriundo de la América del Sur, importado por los ayacuchos, cuyos descendientes lo tienen en gran estimación y lo conservan como plato casero de precepto. La rivalidad que existe entre el antiguo y el nuevo mundo, obliga a todo aquel que de cocina se ocupa, y que de culinaria entiende, a enseñar a la Europa comiente que mucho antes que Colón descubriera América, se comía el chupe en el Perú, y que naturalmente los Incas cultivaban sus componentes, cuando aún no pensaba Pizarro en visitar a aquellos caballeros".
En muchos lugares del Perú, especialmente en el ámbito rural, el chupe ha seguido manteniendo su condición del plato principal. "Es el primer alimento del día -dicen Efraín Rojas y Flor Quispe-. El chupi o sopa es la comida más importante del hombre del campo {…} Puede ser preparado de diferentes molidos como cebada, trigo, habas, arvejas o también combinando los molidos. Como miskipa (que le da sabor) se usa carne, leche, quesillo". En Lima hubo variedad de chupes, aunque, a la larga, solo perduraron el sancochado, el caldo de gallina, la versión local del chupe de camarones, la parihuela, la patasca con mote y un par más. El influjo cosmopolita hizo, desde mediados del siglo xix, que se difundiera en la capital nuevas sopas y cremas, y que el menestrón genovés y la sopa a la minuta se convirtieron luego en platos tradicionales, aprovechando la producción industrial de fideos.
Chairos, timpos y laguas (o lawas) permanecieron en las cocinas de Cuzco, Puno, Ayacucho y otras regiones andinas, donde la palabra chupecato solía designar a la sección de venta de chupes en los mercados. En la antigua capital inca han sobrevivido especialidades caseras como la cazuela con papa rellena, el kirko de zapallo, el chupe de ollucos, el de truchas y otros, mientras que sus picanterías ofrecen chairos y rotundos platos como panza con caldo o malaya con caldo. En Trujillo, el shámbar prosigue como potaje de los lunes y hay una sopa teóloga de inspiración conventual; en diversos lugares continuarán sirviéndose el chupe de trigo y el chupe verde (famoso en sus versiones cajamarquina y huanuqueña), además de platos como el patachi y el huallpachupe de Huancayo, el papacashqui y el acacashqui de Ancash, la saralagua de Apurímac y muchos otros sustanciosos potajes, incluyendo los llamado chupines a base de pescado, característicos de muchas ciudades del litoral. La Amazonía tampoco será ajena al desarrollo de los chupes, en particular en los "espesados", como el festivo inchicapi y otros apis, además de la arcaica zarapatera de tortuga, vedada por razones ecológicas.
Aunque la palabra chupe solo haya podido rastrearse desde la segunda mitad del siglo XVII, ello no impide suponer que el potaje nacional hunde sus raíces en tiempos bastante más antiguos. El problema semántico no ha sido todavía desentrañado, pero resulta indudable que sus orígenes pueden ser buscados en la confluencia de dos suculentas tradiciones soperas: la andina y la hispana, de la que proceden las numerosas ramificaciones que lo caracterizan. Los chupes del Perú siguen, en cualquier caso, exhalando en las ollas sus apetecibles vapores.
Bibliografía básica
Isabel Álvarez. Reconociendo y revalorando las cocinas del Perú. Lima, USMP, 2013.
Bernabé Cobo. Historia del Nuevo Mundo. Madrid, Ediciones Atlas, 1956.
Mateo Paz Soldán. Geografía del Perú. París, Librería Didot, 1862, p. 477.
Ángel Muro. El practicón. Madrid, Agualarga, 2004.
A. Ruiz Rosas. La gran cocina mestiza de Arequipa. Arequipa, Tambo de Papel, 2017.
Sergio Zapata Acha. Diccionario de gastronomía peruana tradicional. Lima, USMP, 2009.
En la portada, foto Hermann Bouroncle, 2008 https://www.comida-peruana.com/recetas/sopas?pagina=3
Enlace a la revista Quipu Virtual . Boletín de Cultura Peruana (Lima : Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, N° 41, 12 de marzo 2021)
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/1738076/Los%20chupes%20del%20Per%C3%BA.pdf
Enlace relacionado:
El patrimonio inmaterial tradicional de las sopas, chupes, lawas, espesados y aguaditos - Sandra Negro (pág. 475) https://perupatrimoniocultural.files.wordpress.com/2019/10/reflexiones-en-torno-al-patrimonio-cultural-del-peru-3.pdf
sábado, 23 de julio de 2022
Pachamanka : Patrimonio ancestral del Perú
jueves, 19 de mayo de 2022
"Elaboración de tortillas regionales de San Martin" - patrimonio alimentario peruano
"Elaboración de tortillas regionales de San Martin"
Contenido
Presentación
Introducción
Insumos, equipos, materiales
Materia prima
Insumos más utilizados
Materiales y equipos
Proceso de elaboración y formulaciones
Elaboración de puchku, viejo micuna, angucho, sacta y huahuillo
Elaboración de chaqui
Elaboración de ñuto
Elaboración de rosquete
Elaboración de bizcochuelo
Elaboración de cocada
Elaboración de suspiro
Elaboración de biscuita y turca
Elaboración de bocaditos
Control de calidad
Almacenamiento del producto terminado
Normas operacionales de saneamiento
Costos de producción
Glosario
Otras publicaciones de Soluciones Prácticas
Huahuilos. Producido por El Pobrecito - Mikuna y Café, de Lamas (San Martín)
Foto proveniente de aquí
Ñutos, bocaditos típicos de la Amazonia peruana
lunes, 24 de febrero de 2020
El fraude chileno del "Pisco 1933" de la Viña Santa Rita
Fuente:
Diario Gestión (Lima, 21 feb. 2020)
Perú exportaba pisco antes que naciera el aguardiente en Chile: Evidencia documentada
Investigación del embajador Gonzalo Gutierrez y miembro de la Academia Peruana del Pisco detalla episodios de la comercialización [de este aguardiente fino de uva] en Perú y hacia otros países. Además, del posible origen de las tres botijas halladas en Chile.
El Pisco es peruano, y en ello no hay discusión, pero una nueva evidencia documentada e histórica - investigada por el embajador Gonzalo Gutierrez y miembro de la Academia Peruana del Pisco- lo reafirma, y desbarata la [falsa] tesis de Chile, en el que se argumenta que el registro más antiguo lo tienen ellos desde el año 1733, y en Perú en 1822, lo que no es así.
Cabe indicar que Gonzalo Gutierrez investigó el origen del nombre Pisco en Chile y la estrategia engañosa del expresidente de Chile, Gabriel Gonzales Videla, para arrebatar el nombre de pisco.
Como una reafirmación de la posición del vecino país del sur, esta semana se conoció el registro de marca Pisco 1733 de la Viña Santa Rita de Chile en Reino Unido.
Sin embargo, antes de dicho año ya se comercializaba en el Perú el Pisco, evidencia encontrada en el Archivo General de Indias en Sevilla, España.
“Magnífico repositorio de la documentación vinculada a la presencia de España en las colonias americanas. Allí es posible ubicar 80 millones de páginas y 8,000 mapas y gráficos que ilustran sobre el papel de la administración española en América”, sostiene Gonzalo Gutierrez, en el documento, el Pisco, la primera referencia a su nombre.
La evidencia encontrada demuestra que el nombre Pisco para el destilado de uva se usó en Perú antes de 1733, en el texto que se relatan como transacciones comerciales registradas en 1726 y 1729.
Los escritos están por un litigio comercial sostenido en la Real Audiencia de Lima por un comerciante llamado Pedro de Maurtua, contra el administrador de la hacienda Cóndor, Gabriel Armat, ocurrido en el año 1726.
En el documento se reclama - hallado por Gonzalo Gutierrez- y se detalla que se comercializaba no solo en Perú, sino para los envíos a Guayaquil.
“En primer lugar, que para 1726 -siete años antes de la lista que en Chile menciona un ralo trio de botijas provenientes del Perú- la utilización de la denominación “Aguardiente de Pisco” y “Botijas de Aguardiente de Pisco” era muy común en el Perú, tanto en la vida comercial como en la judicial”, sostiene el embajador.
“Adicionalmente, estos textos de un expediente oficial de la Real Audiencia de Lima nos prueban que desde Pisco se exportaba consistentemente y en buena cantidad su “Aguardiente del Pisco” a lugares más allá del Perú, como lo afirma claramente la declaración de don Bernabé Felipe de Aragón, quien en 1726 compró a Juan de Sotomayor más de 150 botijas de Aguardiente de Pisco de buena calidad para “venderlas a la ciudad de Guayaquil y Reino de Tierra Firme”, es decir América Central”, afirma.
De esta manera, queda en evidencia, no solo histórica que el pisco se usa en el Perú desde la época colonial.
Sobre el riquísimo legado poético popular criollo, plasmado principalmente en cantos de jarana y amorfinos, consultar este trabajo de Pepe Bárcenas, "Su Majestad la marinera":
http://www.mediafire.com/file/96tasztvlcg9n4p/Su-Majestad-La-Marinera-Pepe-Barcenas.pdf/file
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Sobre la llegada de la zamacueca a Chile citamos:
"Respecto a los bailes de chicoteo, recordamos que por los años de 1812 i 1813 la zamba i el abuelito eran los más populares; ambos eran peruanos.
San Martín con su ejército, 1817, nos trajo el cielito, el pericón, la sajuriana i el cuándo, especie de minuet que al fin tenía su alegro. Estos últimos bailes podrían mirarse como intermedios entre los serios i los de chicoteo; pues no daban lugar a las desenvolturas que se ven en los otros, que nos vinieron del Perú desde el año de 1823 hasta el día.
[Al salir yo en mi segundo viaje a la república argentina en mayo de 1824, no se conocía este baile. A mi vuelta en 1825 ya me encontré con esta novedad] Desde entonces hasta hace diez o doce años Lima nos proveía de sus innumerables y variadas zamacuecas notables o ingeniosas por la música, que inútilmente tratan de imitarse entre nosotros. La especialidad de aquella música consiste particularmente en el ritmo y la colocación de los acentos, propios de ella, cuyo carácter nos era desconocido, porque no puede escribirse en las figuras comunes de la música"
(José Zapiola, "Recuerdos de treinta años". Santiago 1872-1874, pp. 87-88)
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94995.html
jueves, 30 de mayo de 2019
Alimentos morados del Perú que todo el planeta ama
Definitivamente no es fácil enumerar varios alimentos púrpura, ni es el primer color que se nos viene a la mente cuando pensamos en insumos naturales. Sin embargo, como bien lo predijo la consultora internacional Mintel en el 2012, el consumo de alimentos y bebidas moradas se ha convertido en una tendencia a nivel mundial. Y aunque en ese año parecía algo utópico porque -seamos sinceros- cuando pensamos en comida se nos ocurren otros colores, hoy es el tono de moda en la alimentación.
Alimentos peruanos que son tendencia mundial
Es conocido por todo el planeta que el Perú es una de las principales despensas mundiales de alimentos, un auténtico paraíso agrícola en el que se puede encontrar insumos de todos los colores, sabores y aromas. En la Base de Datos de Nuevos Productos Globales de Mintel encontramos dos productos morados innovadores que han sido lanzados recientemente en todo el mundo hechos a base de alimentos peruanos.
Este es el caso de unos ñoquis italianos, el Lukulleria by Eismann Purple Gnocchi, que tiene como ingrediente estrella a las papas Vitelotte, variedad de papa púrpura originaria de Perú. Este tubérculo debe su nombre al color que la caracteriza; entre sus propiedades destacan su poder antioxidante y su capacidad de reducir la hipertensión, como lo reveló un estudio realizado por la Universidad de Scranton en Pennsylvania.
El otro producto es el Morinaga Koeda Purple Sweet Potato Chocolate Sticks, de Japón. Se trata de unos palitos de chocolate, saborizados con polvo de camote morado, también oriundo de Perú y que es considerado uno de los alimentos más antiguos para el hombre. Entre sus principales propiedades destaca su contenido de vitaminas A, C y B6, potasio y fibra dietética; además su consumo ayuda a controlar la diabetes, mejora el funcionamiento del hígado y reduce el estrés oxidativo.
Sin embargo, estos no son los únicos alimentos peruanos de esta tonalidad que han conquistado el mundo: las papas nativas de pulpa morada -legado natural y saludable de las civilizaciones precolombinas- han llegado a otros continentes gracias a su increíble sabor, pero, además, al particular color que las adorna. Cabe indicar que nuestro país es considerado el principal productor de papa en América Latina, produciendo más de 4,5 millones de toneladas, extendidas a lo largo de una superficie sembrada de 318 530 hectáreas y con un rendimiento promedio de 14,5 toneladas por hectáreas (datos de Minagri de 2016).
El morado está de moda
Parte del despunte de los alimentos morados está en el interés de los actuales consumidores por productos que apelen más a lo sensorial. En el informe “Tendencias Mundiales en Alimentos y Bebidas” (2016) de Mintel, se identificó como tendencia clave al ‘Eat With Your Eyes’ (Come con los ojos). De acuerdo a esta tendencia, aunque el sabor ha sido el foco de la innovación durante mucho tiempo, la sociedad actual está centrada en la imagen y en la acción, y por lo tanto demanda productos que capten más lo sentidos.
Es así que las marcas han empezado a experimentar con colores vibrantes (como el morado), aromas atrayentes, así como formas innovadoras en sus productos empaquetados, buscando que estos sean más deseables y elogiables.
Paralelamente al aspecto de la percepción sensorial, está también el interés por parte de los consumidores de tener en el mercado productos que conserven lo natural, acorde con el Clean eating (alimentación limpia), preferencia por consumir alimentos enteros, naturales, sin procesar. Aquí, en este punto, los alimentos naturalmente púrpuras muestran un potencial; y con mayor razón, si se considera el hecho de que los fabricantes de productos de este color han estado vinculando las tonalidades de los alimentos con la salud. Adicionalmente, cabe indicar que, según la Base de Datos de Nuevos Productos Globales (GNPD por sus siglas en inglés), elaborada por Mintel, ha habido un aumento del 126 % en productos de bebidas y alimentos de color morado lanzados a nivel mundial entre 2012 y 2018.
Púrpura saludable
Alimentos como arándanos, ciruelas, moras, uvas, berenjenas y betarragas; agradecen su color a las antocianinas, pigmentos ricos en antioxidante, importante para la prevención de ateroesclerosis y la presión arterial. Además, reduce los niveles de azúcar en la sangre, disminuyendo las moléculas inflamatorias y aumentando la producción de los transportadores de glucosa en el tejido muscular.
Las antocianinas colaboran con la eliminación de radicales libres, los cuales dañan el ADN en el cuerpo y se cree que son un factor en el proceso de envejecimiento y el desarrollo de enfermedades cardíacas y cáncer. Asimismo, reduce los niveles de ácido úrico en la sangre y el riesgo de desarrollar la gota, pues inhibe una enzima llamada xantina oxidasa, que produce ácido úrico a partir de las purinas en el cuerpo.
Fuentes:
blog.oncosalud.pe/ RPP/ miarevista.es/ tuberculos.org
https://peru.info/es-pe/gastronomia/noticias/2/12/alimentos-morados-del-peru-que-todo-el-planeta-ama